
La reputación corporativa es uno de los
intangibles más valiosos hoy en día para reforzar el posicionamiento de
nuestra compañía y nuestras marcas.
Estos son 8 puntos fundamentales a tener en cuenta por aquellos que quieran forjar una sólida reputación corporativa:
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Trabaja desde una estrategia de comunicación social: Pocos son los que elaboran una sólida estrategia de comunicación social, igual que lo hacen con el plan de marketing o el plan de negocio. Deben contemplarse e irse incorporando a la misma todas las oportunidades que surjan para reforzar la imagen. Muchos de los pasos que deben darse no dependen tanto del presupuesto como de tener las ideas claras y trabajar en ellas actuando de forma proactiva.
- Coherencia y permanencia: Mantener la coherencia de los mensajes que transmitimos y hacer que la estrategia permanezca fiel a su línea inicial a lo largo del tiempo es fundamental. Para ello debemos saber qué queremos transmitir y trabajar sobre ello pues nuestro esfuerzo va calando a nivel social con el tiempo. Se trata de partir de una declaración de principios y mantenerla.
- Información abierta y sincera: La reputación corporativa no se trabaja contando mentiras para maquillar la fealdad de la verdad desnuda. Hoy más que nunca las mentiras se descubren con gran facilidad y una sola mentira tiene poder para deslegitimar un sin fin de buenas prácticas. Una buena reputación debe asentarse sobre la honestidad y la verdad.
- El empleado es el primer cliente: Las primeras personas que deben ser participes y sentirse involucrados y orgullosos con nuestra reputación son los empleados. Las buenas prácticas empiezan por ellos que pueden ser nuestros principales transmisores de imagen. Las empresas que tienen la mejor reputación, sustentan ésta en mayor o menor medida en las relaciones que tienen con sus empleados.
- Aprendizaje: Cuando se comete un error hay que saber detectarlo y tener la humildad de reconocerlo para evitar que vuelva a producir.
- Orientación a objetivos: Una buena forma de realizar la estrategia está en centrarla en unos objetivos concretos a conseguir en un tiempo determinado. Nos permite analizar el nivel de desempeño que se alcanza y centrar las acciones que deben realizarse estén planificadas o no. Si no tenemos una guía no podemos utilizar nuestra creatividad e imaginación para detectar sobre la marcha las oportunidades que vayan apareciendo.
- Compromiso: Tiene que existir un compromiso de cumplimiento de la estrategia marcada y una clara responsabilidad para “responder” a las necesidades de lo que debe ser no sólo un proyecto, sino una importantísima aportación de valor a la empresa.
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Relacionarse e interactuar con el consumidor: Internet ofrece grandes posibilidades para interactuar con nuestros clientes y consumidores en general y deben aprovecharse como oportunidades para mejorar nuestra reputación.Fuente: http://liderazgodefuturo.com
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