La principal traba es la falta de financiamiento, pero
no la única.
Recientemente se sumó otra: el gobierno echó pie atrás en
la meta del "20-20". Pero a pesar de que sólo una fracción marginal de
los proyectos está en construcción el sector no se queja: pide un cambio
en las normas para por fin, hacer despegar a esta energía.
Pero nadie
tiene del todo claro si estas modificaciones están o no en la agenda del
gobierno.
(Pulso) El anuncio del ministro de Energía, Jorge Bunster, de
echar pie atrás en el “20-20” cayó como balde de agua fría al sector
desarrollador de energía renovable no convencional.
De haberse aprobado esa norma, se obligaba al país a concretar inversiones por entre 1.500 y 3.000 MW en fuentes renovables en los próximos ocho años, pues en 2020 se haría exigible la obligación de que el 20% de la generación proviniese de algún tipo de fuente verde. Es decir, se generaría un “boom” de proyectos, los que ya existen, pero que aún no logran concretarse. Pero eso, por ahora, no será. O en realidad sí, pero en menor magnitud, porque la meta será menos ambiciosa y a más plazo: 10% al año 2024, según la ley vigente y que el gobierno no pretende modificar. Esta es sólo una más de las trabas que arrecian en el sector. La primera de ellas es el financiamiento. En rigor, el inconveniente es el siguiente: para poder prestar recursos, los bancos les exigen a los generadores contar con contratos de abastecimiento que aseguren que tienen a quien vender -y a buen precio- la energía que generarán. Pero los requerimientos de las empresas son “24/7”, mientras que la energía eólica o solar son variables. Por lo mismo, salvo en el caso de licitaciones especiales (como las realizadas por Codelco, Collahuasi y Colbún) son muy pocas las empresas que consiguen colocar su energía mediante contratos, lo que ahuyenta a las instituciones financieras. Y frena el desarrollo eólico y solar. Por esta razón son muy pocas las centrales en operaciones. En el norte hay dos solares fotovoltaicas operativas, lideradas por los grupos Selray (consorcio chileno-alemán) y la hispana Solarpack, pero sus aportes son escasos: 1 MW y 1,4 MW, respectivamente, como potencia máxima instalada. En energía eólica hay más avances, sobre todo en el SIC (de la mano de Endesa), pero en septiembre representó apenas el 0,89% de la generación total en el sistema. Aún así, los proyectos en distintas fases de desarrollo alcanzan los 9 mil MW, cifra que equivale al tamaño completo del SIC, sin considerar la condicionante variable de estas energías. “En este momento Chile no puede dejar fuera a ningún tipo de energía. Sin ir más lejos, las empresas de Acera hemos desarrollado en conjunto entre 8 mil y 9 mil MW en proyectos de ERNC. De estos 9 mil MW, el 90% son de proyectos eólicos y solares”, plantea el presidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables, Alfredo Solar. En el sector creen que una solución sería la licitación en el sistema en general de bloques de ERNC, lo que permitiría a las compañías contar con contratos de abastecimiento para conseguir el financiamiento. Por ahora, esto no está en la agenda del gobierno, que plantea que las reformas introducidas al sector, como la carretera eléctrica, el proyecto sobre servidumbres y la reforma a la ley de ERNC (que deberá ser modificada) son suficientes. “Los proyectos que impulsamos desde el gobierno buscan facilitarles el ingreso al mercado. A esto apunta la mejora en el sistema de transmisión y la carretera eléctrica, la ley de concesiones y servidumbres y la tramitación de la ley de ERNC que hoy está en el Congreso”, señaló ayer el subsecretario de Energía, Sergio del Campo, quien abrió el seminario Wind and Solar Power 2012, que se desarrolla en Casapiedra y es organizado por Acera. ¿Y LA GEOTERMIA? Pero no toda la ERNC es intermitente. La geotermia, que fue una de las apuestas del gobierno pasado, no tiene este problema y puede perfectamente ser considerada como energía de base y obtener contratos con clientes. Pero aún así tampoco logra despegar y de la decena de consorcios que participaron en la licitación de exploración, apenas tres grupos mantienen operaciones vigentes. Los desarrolladores de este sector han visitado la comisión de Minería y Energía del Senado, cuyos integrantes quieren conocer la situación puntual de esta fuente energética. Ayer, precisamente asistió al Congreso el gerente general de Geoglobal Energy (GGE), Rüdiger Trenkl, quien dice que esta tecnología es la única capaz de reemplazar centrales a carbón o a gas. “A pesar de que tienden a tratarse como una sola cosa, cada ERNC tiene sus particularidades. La energía geotérmica tiene un factor de planta de hasta 95%, lo que la hace una fuente de generación estable y sostenible por sobre cualquier otro tipo de generación de ERNC. Creemos que debiese tener un tratamiento distinto a las fuentes de energía intermitentes. Sin embargo, a pesar de que en el mundo se reconoce la potencialidad geotérmica de Chile, las características actuales del mercado energético no incentivan su implementación. Nos gustaría ver herramientas de fomento y apoyo por parte del estado”. Fuente / Pulso |
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jueves, 18 de octubre de 2012
¿Qué falta para que despeguen las energías renovables?
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