América Latina y el Caribe presentan un histórico rezago en innovación, ciencia y tecnología
que requiere de políticas públicas por parte de los Estados y un mayor
compromiso del sector privado para fomentar el desarrollo de la economía
de la región.
Así lo señala el informe “Señales de competitividad de las Américas 2012 (PDF)”
presentado en la inauguración en Colombia, durante el VI Foro de
Competitividad de las Américas. El documento se dio a conocer durante la
Reunión Anual de la Red Interamericana de Competitividad (RIAC), coordinada por Colombia con el apoyo de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el documento, existe un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) llamado “Innovación y Desarrollo Productivo en ALC: Principales tendencias”,
donde señala que la región necesita estimular el fortalecimiento de los
sistemas nacionales de innovación que, en su mayoría, están en una fase
incipiente de desarrollo.
El organismo precisa que es fundamental estimular las capacidades
científicas y tecnológicas endógenas, incrementar la habilidad de
transformar estos avances en oportunidades de negocio orientados a la
competitividad y generar empleos de calidad tanto para atender a las
demandas domésticas como al mercado internacional.
De esta forma, Cepal señala que los avances y desafíos que tienen en la actualidad los países de América Latina en materia de innovación y desarrollo productivo pueden resumirse en siete asuntos principales:
1. La brecha en productividad respecto de los países
desarrollados es un problema persistente y la región necesita elevar su
inversión para lograr cerrarla. Por ejemplo, al comparar la
dinámica de la productividad del sector manufacturero de América Latina
con la de Estados Unidos se comprueba que la brecha de la frontera
tecnológica no sólo no se cierra, sino que en los últimos años se
amplía. La productividad laboral en la región ha crecido a una tasa del
2% anual entre 2003 y 2007, y en Estados Unidos la productividad ha
aumentado desde un 3% a un 5% anual a partir de mediados de los años
noventa.
2. La capacidad de un país de cerrar la brecha en
productividad depende de la especialización productiva y del patrón de
inserción que tenga en los mercados mundiales. El rezago de
América Latina se aprecia tanto a nivel cuantitativo, como a nivel
cualitativo debido a la alta especialización sectorial en actividades
intensivas en recursos naturales. En la región, los sectores intensivos
en recursos naturales siguen representando el 60% del valor agregado
manufacturero total, mientras que en los Estados Unidos se registra un
fuerte incremento de los sectores intensivos en conocimiento, que han
llegado a representar el 60% del valor agregado total de la manufactura,
lo que transformó la composición sectorial de la industria. Debido a
este cambio, Estados Unidos prácticamente duplicó su productividad
laboral entre 1990 y 2007.
3. Los bienes primarios y las manufacturas basadas en
recursos naturales representan más del 50% de las exportaciones de la
región, por lo que aparece como prioritaria su diversificación y, por
ende, de la estructura productiva. En los últimos años se ha
producido un proceso de “commoditización” de las exportaciones,
principalmente derivado del incremento de la demanda de bienes primarios
relacionada con sus altos precios. Dentro de la región se identifican
fundamentalmente tres grupos de países: los del Cono Sur, concentrados
en bienes primarios y manufacturas basadas en recursos naturales; los de
Centroamérica, especializados en la exportación de manufacturas de
mediana y baja tecnología derivadas de la industria manufacturera de
exportación, y un grupo conformado por Costa Rica, Brasil y México, que
presentan el mayor grado de diversificación regional en las
exportaciones incluyendo manufacturas de mediana y alta tecnología.
4. Hay un desfase entre la oferta y la demanda de recursos humanos calificados para la innovación.
Se necesita tanto incrementar la calidad y la cantidad de recursos
humanos para la innovación, como crear incentivos para la absorción
laboral. Este desafío es crucial para todos los países de la región. Por
ejemplo, Argentina y Uruguay se caracterizan por tener un alto nivel de
formación y necesitan avanzar hacia una coordinación entre las
políticas educativas y las de desarrollo productivo para mejorar la
competitividad del sector productivo; en Brasil se apunta hacia un
fortalecimiento de la intensidad tecnológica de su matriz productiva,
mientras que los países más pequeños sufren un proceso intensivo de
“fuga de cerebros” y necesitan atraer capital humano cualificado.
5. América Latina invierte en investigación y desarrollo
(I+D) un porcentaje del producto que es menos de la cuarta parte de la
proporción que destinan los países desarrollados. La
heterogeneidad de la inversión en I+D que realizan los países de la
región se ha ampliado en los últimos años, ya que, por ejemplo, mientras
que en los países de Centroamérica no supera el 0.1% del PIB, en Brasil
es equivalente a un 1.2%.
6. El sector privado invierte poco en innovación y en I+D.
A diferencia de lo observado en los países desarrollados, en las
economías latinoamericanas hay un escaso esfuerzo del sector productivo
en materia de innovación. No podrá cerrarse la brecha en I+D sin un
incremento sustancial de la inversión privada junto con un creciente y
mejor apoyo por parte del sector público. Por esta razón resulta
fundamental avanzar en el diseño de incentivos y políticas públicas que
estimulen la inversión en actividades de innovación por parte del sector
privado. Esto requiere una coordinación entre políticas tecnológicas y
de innovación y las políticas de desarrollo productivo y empresarial.
7. El patentamiento en la región es escaso, pero creciente.
Sin embargo, los extranjeros patentan más que los residentes en América
Latina. Los países de la región han incrementado el número de patentes
solicitadas en las oficinas de patentes internacionales, pero están
lejos de alcanzar el ritmo de los países asiáticos. Por ejemplo,
mientras que en 1995 los países de América Latina y el Caribe
registraron 196 patentes en la Oficina de Marcas y Patentes de Estados
Unidos (USPTO), los países asiáticos, sin Japón, registraban
paralelamente un total de 3.545; en 2009 la región asiática tiene
20.036, en tanto América Latina y el Caribe alcanza 290 patentes. Al
mismo tiempo, las oficinas de patentes en los países de la región se han
modernizado y mejoran en su oferta de servicios y procedimientos. Para
avanzar en el diseño de sistemas de gestión de la propiedad intelectual
alineados con las estrategias de innovación y desarrollo empresarial en
los países de la región resulta necesario apoyar la innovación.
Este breve panorama refleja una región que en su conjunto enfrenta
grandes retos para alcanzar los niveles de competencias y capacidades
necesarias para insertarse exitosamente en la economía global del
conocimiento. Se observan avances importantes aunque circunscritos a
ciertos sectores, territorios o grupos de empresas. Al mismo tiempo, los
cambios en los mercados mundiales y los nuevos paradigmas —como
tecnologías de la información y comunicación (TIC), biotecnología,
nanotecnología y nuevos materiales— reconfiguran el espacio de la
innovación e incrementan la complejidad y las formas de innovar. Estos
nuevos paradigmas requieren de inversiones cuantiosas en materia de
investigación y desarrollo y en actividades complementarias. El
diálogo entre empresas, universidades, sociedad civil y agencias del
sector público es fundamental para diseñar mejores instrumentos y sumar
recursos financieros con el fin de incrementar el impacto de la acción
pública.
El escenario descrito supone grandes desafíos para el Estado y
plantea la necesidad de una evolución en las políticas públicas y en
las capacidades institucionales para apoyar la innovación.
Además, se suman las expectativas de impactos en el corto y mediano
plazo de las políticas de innovación sobre la competitividad en los
mercados mundiales y la generación de empleo. Todo esto crea una presión
adicional para priorizar la innovación en los programas de gobierno y
también en los presupuestos asignados a la innovación, tanto por parte
del sector público como del privado.
http://www.innovacion.cl/2012/10/america-latina-7-desafios-de-innovacion-y-desarrollo-productivo/
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