La sede de operaciones de Epig Games, lejos del polo tecnológico de
Silicon Valley, se encuentra en una pequeña habitación de la casa de los
padres de los hermanos Nicolás y Diego Palacios.
Tres jóvenes emprendedores chilenos aprovecharon la explosión de los
dispositivos móviles de última generación para crear, con pocos
recursos, un videojuego que tiene como protagonista a Eddie, un cerdo
entrañable, cuyas aventuras han dado la vuelta al mundo.
Los hermanos Nicolás y Diego Palacios, de 25 y 21 años
respectivamente, no son informáticos, sino dos estudiantes de economía
que de su afición de crear videojuegos han constituido, junto al
diseñador Andrés Cortés, Epig Games, una empresa que se dedica al
desarrollo de estas aplicaciones.
La sede de operaciones de esta compañía, lejos del polo tecnológico
de Silicon Valley, se encuentra en una pequeña habitación de la casa que
los padres de los hermanos Palacios tienen en Santiago.
Desde ahí, Nicolás se encarga de la programación y Diego idea las
historias y etapas que deberá sortear el protagonista, mientras que
Andrés se dedica a mejorar el diseño de este videojuego que, según sus
creadores, ha recibido altas cotas de aceptación en más de 16 países y,
en un año y medio, ha alcanzado el millón y medio de descargas.
El éxito de las aventuras de Eddie se debe a la explosión de los
móviles de última generación, los también llamados teléfonos
inteligentes, y de las tabletas digitales, que han provocado un cambio
de paradigma en el sector de los videojuegos.
La aventura de Epig Games se remonta en 2008, cuando los hermanos
Palacios se lanzaron a la piscina: se compraron un Macintosh, se
descargaron Game Maker, una aplicación para generar videojuegos para
i-Phone, y empezaron un hobby que terminó con la creación, en 2010, de
su propia empresa.
“Al principio creamos un juego que calculaba el nivel de hombría de
los usuarios, además de una aplicación para magos, que tuvieron un éxito
notable”, recuerda Nicolás en una entrevista con Efe.
Pero no fue hasta octubre de 2010 cuando los hermanos Palacios
empezaron a creerse su proyecto e idearon Epig Adventure, una versión de
pago en la que el entrañable y simpático cerdo rosado Eddie debía ir
sorteando los distintos obstáculos que se le presentaban.
“Teníamos la idea, pero nos faltaba un diseñador que hiciera atractivo al personaje”, rememora Nicolás.
Por eso, colgaron un anuncio en Internet para encontrar un diseñador
y, finalmente, Nicolás se entrevistó, en una hamburguesería de Santiago,
con el publicista Andrés Cortés, quien dio con la tecla y mejoró la
imagen de Eddie.
“Cuando conocimos a Andrés nuestro juego subió de 1 a 100.000″, señalan los hermanos Palacios.
Así, para dar a conocer el producto, pusieron en marcha Epig Dash,
una versión gratuita del videojuego que, en abril de 2011, consiguió ser
número uno de descargas en la tienda de Apple de países como Chile,
México, Finlandia, Argentina, Noruega y Suiza, entre otros.
“El secreto de nuestros juegos es que son sencillos y que el usuario
puede jugar donde quiera y cuando quiera”, enfatiza Nicolás.
Ante el éxito de las aventuras de Eddie, el pasado año Epig Games
obtuvo el galardón nacional de Chile en la categoría multimedia, así
como un premio dotado en 40.000 dólares que concibe el Gobierno de Chile
a empresas de nueva creación.
En mayo, Nicolás, Diego y Andrés llevarán este proyecto hasta la
prestigiosa feria de desarrolladores GDC que se celebra en San Francisco
(Estados Unidos).
“Esto nos servirá para darnos a conocer al mundo y poder contactar
con un inversor que esté interesado para desarrollar el juego”, apunta,
esperanzado, el joven Nicolás.
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