Desde hace ya una larga data se ha sostenido por amplios sectores informados que
la forma como se ha aplicado el modelo económico social nos llevaría a un punto de
modesto desarrollo, con altos índices de endeudamiento, creciente oligopolización de los
mercados y disminución en la competitividad.
La última crisis internacional, aún en proceso, puso más en evidencia nuestros
problemas, por lo que es necesario efectuar una corrección en la estrategia de desarrollo,
que basándose en lo mucho rescatable que tenemos y en las bases del sistema de economía
social de mercado, nos permita corregir algunas fallas estructurales. Esta nueva estrategia
no afectará la propiedad privada; la apertura creciente al comercio internacional y la
competencia en los mercados, pero será necesario, además, reforzar alguna propiedad
estatal, especialmente en el sector financiero; democratizar el crédito y desconcentrar
algunos mercados que no están obrando en el interés de los consumidores. Asimismo, el
principio de la responsabilidad inherente a toda buena economía, será el eje central para
el sector público y privado.
No hay que confundir el hecho de tener reservas, producto del esfuerzo de todo un
país que ahorró aquellos fondos a costa de asumir el mayor precio del petróleo y derivados
y de no gastar los excedentes del cobre, con un blindaje. A este error de diagnóstico, muy
frecuente, se suma lo que ocurrió en la crisis asiática y la respuesta vía altas tasas de
interés. Una cierta laxitud en los controles financieros, y a la competencia en los mercados
como se observa en varios casos en Chile, conforman un cuadro muy preocupante.
La caída de las bolsas anticipó una crisis del sector productivo y laboral y los datos
de Estados Unidos, que va adelante en transparencia, indican que comparados con los de la
gran depresión del año 30, si bien están por debajo, revelan la profundidad del problema. El
índice industrial de Estados Unidos, Dow Jones, llegó a caer hasta en un 54%, similar a la
gran depresión.
Las consecuencias de la crisis de 2008 no han terminado y lo que es más peligroso
sus causas basales no se han corregido. Estados Unidos mantiene sus problemas de déficit
fiscal y varios países europeos están en peligrosa inestabilidad y algunos tan grandes como
Italia o España, sufren bajas en sus calificaciones y aumentan los riesgos país.
En suma, confiar solo en los reguladores ya no basta, pero infinitamente más útil es
buscar masificar el emprendimiento y dejar el asistencialismo en su justa medida.
Breve Reseña Histórica
Para entender porque se habla de una corrección o de un cambio de dirección en la
estrategia de desarrollo, es preciso efectuar una brevísima historia del sistema económico
social que nos rige y que se echó a andar en el año 1974, y que, por lo tanto, ha cumplido
más de 35 años de vigencia.
En efecto, la estrategia del gobierno militar que se desarrolló a la caída del gobierno
socialista en 1973 se fundamentó en los siguientes pilares esenciales:
a) Libertad de precios y preeminencia de la propiedad privada;
b) Mercado de capitales modernizado, que incluye el dinero previsional;
c) Privatización de empresas;
d) Apertura al comercio exterior, rebajando aranceles y buscando diversificar las
exportaciones;
e) Concentración económica elevada en mercados relevantes en manos de grupos
económicos nacionales y extranjeros poderosos.
A partir del año 1990, los gobiernos de la Concertación, iniciaron cambios
graduales, importantes, relacionados con materias sociales, tributarias y laborales, pero
que en las grandes líneas mantuvo la estrategia de desarrollo sobre las bases definidas
en el gobierno militar. En esa línea se inserta un conjunto de normativas para ir 3
perfeccionando un mercado de capitales cada vez más complejo y se produce, con la
anuencia de la autoridad, un aumento en la concentración de los mercados. Se lleva a cabo,
a partir de 1994, una privatización de empresas públicas que aun quedaban en manos del
Estado como las empresas sanitarias, Colbún en el área eléctrica, los puertos, se
concesionan junto a las carreteras. Se logra una consolidación del comercio exterior
sobre la base de acuerdos bilaterales o tratados de libre comercio, principalmente con
Estados Unidos, Unión Europea, México y países asiáticos. La imagen comercial de Chile
se consolida y prestigia.
El dinero, asociado a tasas de intereses muchas veces especulativas para los sectores
de medios y bajos ingresos, ha resultado funcional a los sectores que concentran los altos
ingresos, capaces de obtener líneas de crédito ilimitadas a tasas mucho más bajas. Esta
característica constituye una de las causas fundamentales del nudo gordiano, lo financiero
del sistema económico y por ello se necesita una revisión profunda que haga efectivamente
que el crédito llegue a todos quienes lo necesitan y puedan usarlo bien y a tasas
razonables. El mercado de capitales deberá adecuarse a ello porque su función es
servir al aparato productivo y no al revés. La democratización del crédito es fundamental
en la búsqueda de una real igualdad de oportunidades y facilitará la desconcentración.
Chile ha aplicado desde el año 1974 esencialmente un mismo instrumental de
política económica con diferente énfasis, y en ese largo devenir de nuestra historia han
existido muy distintos modelos económicos en aplicación. Nadie podría decir que el
modelo De Castro de mediados de 1970 a 1982 del dólar fijo, unido a gran presencia de
capitales internacionales y privatizaciones, fuese el mismo que se aplicó después de la crisis
bancaria por Escobar Cerda, con un fuerte acento social y luego por Buchi con aranceles
altos, reprogramaciones masivas, reducción de la deuda externa, dólar competitivo, con
fuerte intervención estatal, todos aplicados durante el gobierno militar; y nadie podría decir
que se trató exactamente del mismo modelo que se implementó a partir de la Concertación
con Foxley, con aumento de tributos, tratados de libre comercio, leyes laborales más
beneficiosas para los trabajadores y regulación de la afluencia de capital extranjero
golondrina, en los servicios financieros.
Durante la época Concertacionista hubo variaciones significativas. En efecto,
Aninat fue privatizador; Eyzaguirre, un macroeconomista de reglas estructurales y Velasco
un ortodoxo liberal y creador del ahorro externo vía fondos soberanos y entusiasta
asistencialista. 4
El gobierno de Piñera todavía es una incógnita, aunque ya aparecen indicios de una
continuidad del modelo macro. Ha sorprendido con reformas sociales en salud, educación y
laborales, que sin desconocer su valor se inscriben especialmente en clave asistencialista.
Los esfuerzos del Ministerio de Economía por cambiar el eje estructural no dan todavía
frutos y parecen un poco tímidos, atendido lo que aquí se plantea y los resultados visibles.
En síntesis, los modelos que ha seguido el país en estos 35 años, si bien han logrado
cambios significativos, no han sido ni serán capaces de llevarnos a ser un país
desarrollado, y si bien ha habido una disminución notable de la indigencia y avances
incuestionables en salud cobertura sanitaria y otros indicadores sociales, los niveles de
pobreza todavía nos sitúan en el tercer mundo sin la menor duda y a cambio de ello ha
aumentado a un grado desconocido y aparentemente imparable la concentración de la
riqueza y en los mercados principales ha disminuido la competencia a niveles que no se ven
en ningún otro país. La economía chilena bajo el dirigismo práctico de los grandes grupos económicos, no será capaz de la tarea de llevarnos al desarrollo. La gran locomotora de
capitales nacionales y extranjeros, tiene capacidad limitada y el asistencialismo no puede
reemplazar el crecimiento y la productividad y por el contrario puede hasta resultar
contraproducente. Es esencial incorporar muchos más actores en la tarea de crear riqueza
vía nuevos esfuerzos empresariales. La clase media y baja empresarial no ha tenido una
política propia.
(Extracto análisis en documento llamado: MODELO ECONÓMICO-SOCIAL Y COMPETENCIA EN LOS MERCADOS CHILE: UN CASO DE OLIGOPOLIO Y ASISTENCIALISMO)
Ramón Briones Espinosa
Abogado Universidad de Chile
Hernán Bosselin Correa
Abogado Universidad de Chile
Cristián Briones Montaldo
Economista Universidad de Chile
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